martes, 4 de octubre de 2016

10 consejos para aplicar límites educativos

¡Hola de nuevo!

Hoy me gustaría hablaros sobre los límites en la educación. Y es que para conseguir una disciplina eficaz con nuestros hijos, es importante marcar unas reglas en casa con el objetivo de cumplirlas.

Antes de comenzar, hemos de tener claro que estas reglas deben ser coherentes y firmes, es decir, hemos de pensar si nuestros hijos las pueden cumplir, y que vamos a ser firmes con la norma establecida, no cediendo ante sus súplicas o rabietas.

Cuando necesitamos decir a nuestros hijos que deben hacer algo (recoger los juguetes, irse a la cama, etc.), debemos tener en cuenta algunos consejos básicos:

1. Objetividad. Es frecuente escuchar expresiones como "Pórtate bien", "Sé bueno"o "No hagas eso". Estas expresiones significan diferentes cosas para diferentes personas. Nuestros hijos entenderán mejor la orden si la hacemos de forma concreta. Hemos verbalizar la orden de forma más concreta. Una forma más adecuada sería: "Habla bajito", "Da de comer al gato ahora".

2. Opciones. En muchos casos podemos dar a nuestros hijos una oportunidad limitada para decidir cómo cumplir las órdenes. La libertad de oportunidad hace que el niño sienta que tiene el poder y control, reduciendo así su resistencia. Por ejemplo: "Es hora de vestirse, ¿Eliges tú el pantalón o lo elijo yo?

3. Firmeza. Como os decía, hay cuestiones que requieren cierta firmeza. Los límites firmes se aplican mejor con un tono de voz seguro, sin gritos ni faltas de respeto. Que no se te olvide que serás mejor cómplice de tu hijo si aplicas un firme mandato. La firmeza se encuentra entre lo ligero y lo autoritario.

4. Acentúa lo positivo. Muchas veces nos centramos en lo negativo, rectificamos errores, reñimos por lo negativo, y se nos olvida reforzar lo positivo. Es muy importante que no dejemos de hacerlo, ya que si el niño observa que es atendido y reforzado por estas conductas, tenderá a repetirlas con más frecuencia.

5. Guarda las distancias. Cuando decimos "Quiero que te vayas a la cama ahora mismo", estamos creando un momento de tensión entre ambos. Una buena estrategia es verbalizar la regla de forma impersonal: "Son las 9, hora de acostarse".

6. Explica porqué. En ocasiones no es posible, pero tenemos que tener en cuenta que si el niño entiende que no puede hacer determinada conducta porque supone un peligro para sí mismo o para otros, se sentirá más animado a obedecerla.

7. Sugiere una alternativa. Siempre que apliques un límite, intenta indicar una alternativa viable. Sonará menos negativos si el niño se siente compensado. Por ejemplo: "Este pinta labios no es para jugar, aquí tienes un lápiz y papel para pintar". Al ofrecerle alternativas, no le niegas su deseo de pintar, pero le enseñas que no su opción no es una buena alternativa.

8. Firmeza en el cumplimiento. Las rutinas y las reglas de casa deberían cumplirse día tras día, aunque estés cansado o indispuesto. Sólo así se convertirán en una costumbre y no deberás repetirlo cada día, porque se tomará como algo que hay que hacer por rutina familiar.

9. Desaprueba la conducta, no al niño. Deja claro a tus hijos que estas desaprobando su comportamiento, pero no a ellos. No les muestres rechazo con un "eres malo", es mejor un "Esto que acabas de hacer está mal hecho".

10. Controla tus emociones. Si te muestras muy enojado, es muy probable que castigues a tus hijos más severamente incluso que lo hagas verbal o físicamente.  Ante un mal comportamiento, lo mejor es contar con un minuto de calma, y después enfrentarse con más tranquilidad a la situación, para ser capaz de pensar con serenidad y no dejarte llevar por tus emociones.

Espero que estas pautas os ayuden en la educación de vuestros hijos.

Para cualquier duda, consulta o sugerencia, podéis escribir a:

sarapsicologa87@gmail.com


Sara Ros Centre de Psicologia
c/San Vicente nº 40, 1ºA. Burriana
Telf. 609 156 125
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